
LÁGRIMAS Y RISAS*
Una noche cualquiera, por la orilla del Nilo,
se encontraba una hiena paseando segura.
Meditaba la bestia con terrible amargura,
que el desierto era cruel a la vez que tranquilo.
Se encontró por sorpresa con el gran cocodrilo,
y escondiendo su miedo preguntó con dulzura:
“¿Cómo está Usted Señor, vuesa ilustre bravura?”
“¡Estoy mal!” rezongó, a su alegre pupilo.
“Muchas veces yo lloro, mas se burlan de mí:”
“Esas son simples lágrimas de cocodrilo” “Hieren”.
La hiena contestó: “No se apiade de sí”
“Mire Usted mi problema; aunque negarlo quieren,
verdadera es mi risa, no cuestión baladí.
Si desean hundirnos, que sentados esperen”.
Antonio Pinedo ©
06-11-08
(*) Este poema está basado en un texto con el mismo nombre del poeta y filósofo libanés Gibran Khalil Gibran
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